Las escaladas en el cerro la Campana, de Olmué, fueron de la mano con el desarrollo de la exploración dentro del naciente y entusiasta montañismo porteño que se visualizaba a mediados de la década del 30 del siglo pasado. Existían por aquella época sólo dos clubes de montañismo. Uno de ellos, es el histórico DAV o club alemán de Valparaíso, cuya fundación data de Enero de 1909, para que recién el año 1935 y después de un cuarto de siglo emergiera con fuerte ímpetu el Club Andino de Chile, sede Valparaíso.
Con el catalán Ramón Grau, quien arribo a Chile a fines de los años 30 , engrosando sus filas, se comenzó a desarrollar las técnicas de escalada en Valparaíso. El trajo desde el viejo continente todas las técnicas de escaladas para acometer los nuevos desafíos en las palestras del C° La Campana. Grau tenía una herrajeria en la calle Independencia de Valparaíso y en su taller fabricó los primeros clavos que se utilizaron en estas escaladas. Las primeras ascensiones utilizando la progresión vertical son del año 1945, siendo las primeras rutas ascendidas La Gotera y La Grieta. Precisamente el primer registro oficial de ascensión que se tiene de una escalada en el cerro La Campana, data del 20 de Noviembre de 1945, por los señores Ramón Grau, Schiappacasse, y Humberto Escobar, según el libro de actas del 27 de Noviembre del mismo año de la ASAVA (Asociación de Andinismo y Ski de Valparaíso). Grau fue el gran impulsor de la escalada en el ambiente de montaña de Valparaíso. Discípulos suyos entre otros fueron: Raúl Araya, German Mills, Carlos Puente, Humberto Escobar, Arturo Herreros, Gastón Muga. En aquellos tiempos no era tan fácil el acercamiento al cerro como hoy en día. Quien quisiese ir a escalar o ascender por la ruta normal en aquella época, debía destinar a lo menos tres días. La Góndola, (como se le llamaba a los buses) y que salía de la estación de Limache, a penas llegaba hasta los alrededores de Olmué, De ahí continuaban a pie todo el acceso hasta la base. Los equipo de escalada no se caracterizaban por ser livianos, muy por el contrario. En algunas oportunidades los escaladores contrataban a los lugareños de Granizo los servicios de mulas para que les subieran los pesados equipos de escalada(cuerdas de manila de origen vegetal de 2 pulgadas, mosquetones, clavos y martillos de fierro).
De gran ayuda para aprender las técnicas de escalada, resultó un libro que era la biblia de la época para los escaladores porteños, era el famoso «Mallafre», escrito por Ernesto Mallafré y que Grau lo habría traído desde España. De hecho la primer ruta que se realizó para acceder a la piedra techada en la ruta de La Grieta, Ramón Grau, quien iba como primero de cuerda, utilizó una de las técnicas llamada «El Péndulo» que aparecen en el libro de escalada. esos fueron los inicios de la escalada en el cerro la Campana. En los años posteriores y dado al entusiasmo de los escaladores por abrir nuevas rutas se harían comunes y populares en la memoria colectiva nombres de ruta como: Chirino-Honorato, La ruta del Peñimawida, La Placa del Rangers, El Filo sur, El Guanaco y la Gotera.