Valparaíso,…cuna del montañismo en Chile.

Del Mar a la Cordillera

Autor: Marcos Liberona  Reyes

PRESIDENTE  FUNDACION ANDESTREK

LAZO INDISOLUBLE

Para los porteños, resulta difícil imaginar a Valparaíso sin su gran muralla de montañas que se avistan al encaramarse por sus  cerros. Como también resulta  difícil pensar que los inmigrantes que arribaron en el siglo XIX, venidos principalmente de Europa , no irían  a ser seducidos  por el paisaje.

El paisaje andino siempre ha estado adherido al puerto. Sin embargo, lo más seguro, es que no nos hemos dado  cuenta.   Es como si ambos elementos, mar y cordillera,   se nieguen  a vivir por separado, en una alianza que no se puede disociar. Después de todo, Chile en estas latitudes  tiene un poco más de 200 kilómetros de ancho. Y superado el paso de ese muro blanco, empezamos a bajar hacia el oriente, al  Atlántico. Valparaíso nos  abre una gran ventana andina y  con el paso de los años, a los porteños, se nos  hace imposible quitarla  de nuestras mentes.     Basta con elevarse  a  los cerros de Playa Ancha, Concepción o  Alegre, para que se descubra un gran telón y  emerja en  los aventureros un fuerte anhelo de exploración.

                 Valparaíso y las montañas vecinas han sido un núcleo indisoluble, en  que  mar y cordillera se encadenan  con el único anhelo de ser evocado  donde quieras que estés.

QUE HAY  EN ESAS MONTAÑAS ?

Grandes pintores del siglo XIX retrataron este  atractivo perfil y fueron seducidos por hermosos  atardeceres  invernales  junto a  la amplitud del paisaje que se les presentaba.  A Mauricio Rugendas,  Thomas Somerscales , Ernst Charton  de Treville ,o Conrad Martens, el dibujante que venía a borde del Beagle, también sucumbieron frente al magnífico escenario. Una vez que las montañas  han sido reconocidas  a lontananza , y sabiendo  que ellas están presentes, se nos gatilla  en algunos, un gran instinto de exploración .  La curiosidad por estar allí y ser parte del paisaje, siempre ha encontrado éco en los amantes  de  la aventura. Esas montañas vistas desde la distancia, generan un sentimiento poderoso y  fuerte. Esa gran muralla  nevada, es un tremendo  imán que nos quiere seducir  por siempre y jala con  fuerza  para que nos atrevamos a ser  parte de ella.  Y vaya que algunos  lo han sido!

Quizá, por ello no resulta difícil pensar que los primeros aventureros, al principio del siglo pasado,   también fueron atraídos a recorrer y explorar lo que  divisaron  a lontananza; inmensas  cadenas montañosas.  Y es ahí, donde la gran y   simple frase del gran escalador británico, George Mallory,  que murió en 1924 intentando escalar el Everest por tercera vez, nos hace sentido.           ¿ porque subir montañas?  Le preguntan….. ¡! Porque están ahí  ¡! , respondió

 EL ACONCAGUA  ENTRA EN ESCENA

Cuando el 23 de Julio hecha ancla  en Valparaíso el HMS Beagle,   en 1834 al mando del capitán Robert  Fitz-Roy,  Charles Darwin narra en su libro “Viaje  de un naturalista alrededor del mundo” ,   un hecho notable.  Este comenta que las  triangulaciones  hechas por oficiales del Beagle le dan  al Monte Aconcagua  una altitud de 6.900 mts. ”Y es aún más alto que el Chimborazo”   el cual,  hasta ese entonces era considerada la montaña más alta del mundo. Considerando la  precaria tecnología de la época, estuvieron a  punto de acertar ya que al Aconcagua  o volcán Aconcagua como se le conocía erroneamente, tiene una altitud de 6.962 mts. La gran diferencia es que hoy en día las mediciones son satelitales y en aquella época se basaba principalmente en trigonometría.

Han  transcurrido  más 110 años  desde que se funda el Club Alemán de Excursionismo el año 1909  en Valparaíso.  Es el Club  más  antiguo de Chile, Sudamérica y el cuarto más antiguo de  américa . En este transcurrir de los años, los montañistas que nos antecedieron ,  tuvieron  la invaluable misión pionera de  recorrer y aventurarse,  organizar  y administrar, unir fuerzas y  aglutinar voluntades, que  con el paso del tiempo se tradujeron en notables organizaciones  sociales, las cuales se  manifestaron a través  de bullente y  gran entusiasmo   que gozaron  los  clubes y sus socios,  que además tuvieron el mérito de hacernos respirar montañas al lado del mar. Estos pioneros de la década de los años 30 al 50, posteriores a la fundación del club alemán, fueron los que  dieron vida a   las distintas entidades montañeras,  que  con el pasar del tiempo se   fueron requiriendo. Entre otras : ASAVA (Asociaciones de Ski y  de  Andinismo Valparaíso), fundada el año 1941,  ENAM ( Escuela de Montaña), CSA  (Cuerpo de Socorro Andino)  y La Hermandad de La Montaña. Estas organizaciones se  crearon con mucha visión y  tesón. Con un tremendo esfuerzo y  sacrificio. Pero principalmente con un gran entusiasmo al servicio del deporte  de montaña. Los jóvenes de antaño que lideraron el proceso,  crearon todo un ambiente montañero a disposición de los potenciales aventureros que se iban acercando.  Y paradojalmente, este entusiasmo tuvo un campo fértil   en donde  no habían  montañas,  pero que  se observaban desde los cerros porteños,  a la distancia.

TAN  LEJOS Y TAN CERCA

Teniendo  siempre como  un “campamento base”  a  Valparaiso, las montañas y sus   exploraciones han sido hasta el día de hoy, una tarea fascinante y atractiva para los  habitantes del Gran Valparaíso.

Sin embargo,  el esfuerzo en el traslado y acercamiento   a la cordillera, nunca fue igual para aquellos que viven en la pie monte ,  ya sean de  Los Andes o Santiago, si  a estas distancias las comparamos con el camino a recorrer con los habitantes  que gozan de la brisa marina. Pero querer siempre ha sido poder,  y desde el puerto,  a principios del siglo pasado se organizaron  grandes exploraciones y ascensiones a los valles y montañas que aún estaban  vírgenes o muy poco recorridas.  El mismo embrujo que sedujo a  Darwin  a recorrer los alrededores de Valparaíso y cruzar la Cordillera de Los Andes hacia Argentina,  por dos pasos distintos, fue lo que  atrajo también a los primeros inmigrantes alemanes bajo el alero del  Club Gimnástico Alemán en 1887 y su “pelotón  andinistas”, que  años después,  en  1909,  como ya  hemos dicho,  se transformaría en un club exclusivo de montañistas. El DAV, que en  en sus siglas en alemán (Deutscher Ausflugverein Valparaíso) significa Club Alemán de Excursionismo, internalizó en sus adeptos  la curiosidad por explorar . La belleza  del paisaje y la inquietud germánica,  habían hecho lo suyo. Los alemanes habían sembrado la semilla del andinismo , como los pioneros del deporte organizado  de montaña en Chile. Un club exclusivo de personas  que los hermanaba  una finalidad en común: el amor a la naturaleza, el paisaje,  las excursiones y las ascensiones a las montañas.

Destacan entre  las décadas del  10 al  30 las  primera exploraciones  de la Cordillera de la Costa y del Melón,  como también las zonas interiores de:  Limache, Olmué, Calera, Hijuelas , La Ligua, zonas de lagunillas en Santiago, Cajón del Maipo, Río Colorado, los alrededores de Río Blanco, Portillo y Cristo Redentor en la cordillera de los Andes.

 Avanzando en la década  del  50,  los montañistas porteños realizaron  los primeros intentos de ascensión  al Monte Aconcagua, entrando por Río Colorado, Los Andes.     La gran ayuda en  todas estas exploraciones,  sin lugar a dudas fueron  el tren  y  los arrieros.  Estos últimos fueron también los primeros guías cordilleranos. En cuanto al tren debemos recordar que el transandino había sido inaugurado en 1910 y fue el gran facilitador e impulsor indirecto al acceso de las montañas.

 Hasta que no fue fundado el Club Andino de Chile- Valparaíso , un 13 de Abril del año 1935, los inmigrantes alemanes  y su descendencia, tuvieron el privilegio  durante  26 años  de ser los pioneros en recorrer, abrir rutas  y cimentar las bases para el montañismo que tímidamente se  empezaría  a  desarrollar un cuarto de siglo después por los porteños locales.

Los alemanes  pusieron  la primera  piedra donde se edificaría  el naciente deporte de montaña en Chile. El resto, es una entretenida historia  por contar, la cual pertenece al legado y patrimonio  histórico de Valparaíso.